Disfrutar de los juegos de toda la vida

L. BAGUR | SANT JOAN – Este fin de semana Sant Joan ha celebrado un Mercado Barroco para conmemorar el IV centenario de la muerte de Cervantes y Shakespeare. Había puestos de artesanía y alimentación, exposiciones de armas y libros antiguos, un herrero y picapedrero trabajando en directo y actores que encarnaban a personajes literarios, de la Inglaterra isabelina y la España de Cervantes. Ha sido una ocasión para el disfrute de toda la familia, pero sin duda quienes mejor lo han pasado han sido los niños.

En el centro de la plaza Josep Carreras había una cama elástica, un burro de cartón piedra y un barco balancín. Constantino, el encargado de la zona de juegos, daba a los pequeños palos de goma espuma que la imaginación transformaba en espadas para combatir desde el barco y el burro. Así, los niños y Constantino se enzarzaban en divertidas y animadas peleas. “Hay niños que han repetido hasta cuatro y cinco veces en el barco, disfrutan mucho cuando interactúas con ellos, la clave es esa, alucinan“, explica el responsable. 

Además, había juegos tradicionales de todo el mundo, desde tableros de los clásicos y conocidos ajedrez, tres en raya y damas, hasta el Taabel que usaban los vikingos antes de las batallas, el juego de Zorros y Gansos que entretenía a los monjes en la Edad Media, el Lau Kati Kata, originario de Polinesia, o el Shishima, que se juega desde la antiguedad en África y aún se utiliza mucho hoy en día en Kenia. “Los padres se entretienen jugando mientras esperan a sus hijos en las atracciones”, señala Constantino. Y los niños también jugaban. Hemos visto escenas llamativas este fin de semana, niños dejando a un lado los móviles para entretenerse con los juegos de toda la vida. 

“Hoy en día con los vídeo juegos… Es muy interesante que conozcan esto”, comenta Cristina, una mamá que visitó el mercado. En el mismo sentido se pronunciaba Gorka, que celebraba poder pasar un rato jugando con sus hijas. Toda la familia sale a pasear a menudo por el municipio, e insisite en que en Sant Joan “hay oferta cultural”, pero pocas cosas que hacer con niños, por eso agradece estas iniciativas: “Hay que aprovechar algo distinto que podamos hacer con los nanos, y si tiene componente cultural, mejor”. 

Vicente y África también agradecen tener planes sin tener que coger coche para ir a Alicante; “además, así los bares se aprovechan, la gente se mueve y el dinero se queda en el pueblo”, apuntan. Nada más llegar, una de sus hijas se puso enseguida a jugar al ajedrez con un hombre mayor, también del pueblo, que pasó muchos ratos del fin de semana frente al tablero. Otra cosa que valoran como muy positiva es que no se corten calles y se aprovechen las plazas para celebrar los eventos. Son vecinos del centro del pueblo y les resulta muy molesto encontrar que no pueden circular ni aparcar a menudo. Pero algo ha cambiado en este sentido. “También están usando mucho la plaza de la Ordana, nos parece genial, porque es un espacio grandísimo y estaba desaprovechado”. 

Un grupo de amigos jóvenes, Edu, Óscar, María y Carlos, también probaron los juegos de mesa. “Podrían poner en los parques, porque para la gente de nuestra edad no hay nada que hacer en la calle”, apuntaba Edu. “Jugos de estos, que hagan pensar”, añadía Óscar. “Bueno, tampoco es que sean muy difíciles”, le respondía divertido Edu, que iba ganando al juego de las Gallinas y los Zorros. Además, Óscar valoró que en el mercado se podían ver cosas curiosas, como los libros antiguos, los trabajos de herrería o paneles que narran la vida de personajes históricos, “cosas que no hay en otros mercadillos”.